La creación de un proyecto audiovisual es un proceso largo y con varias fases que deben tener sus respectivas validaciones de manera que los objetivos definidos en las primeras reuniones del departamento de marketing del cliente se cumplan una vez el vídeo ha llegado a su público objetivo. Estas fases implican a varios departamentos, tanto en la empresa cliente como en la agencia y productora y es recomendable que se sigan para evitar desviaciones presupuestarias o falsas expectativas en la consecución de los objetivos de branding.
A partir del momento en que el cliente define el objetivo debe procesar y analizar toda la información relevante, de manera que la agencia creativa pueda entender cual es el mensaje a transmitir, cual es el público objetivo, el tono, la duración, el estilo de realización y el formato más adecuado del proyecto audiovisual. Toda esta información debe estar contenida en el briefing, un documento que puede contener además enlaces a referencias visuales, campañas de otras marcas, fragmentos de películas, videoclips, editoriales fotográficas, cualquier elemento que pueda servir a la agencia y productora para entender cual es la imagen a la que la marca quiere asociar su campaña, ya que como sabemos en el formato audiovisual se transmite tanto con el fondo como con la forma.
Uno de los aspectos claves del briefing y que en ningún caso debe pasar por alto es la definición del público objetivo de la campaña, ya que cada target tiene sus códigos de consumo audiovisual, sus plataformas preferidas y un lenguaje con el que se siente más interpelado. Es evidente también que cada público tiene sus propios referentes audiovisuales como películas, videoclips, videojuegos, festivales de música, etc .. y ellos pueden darnos muchas pistas sobre el tono y el estilo de realización más apropiado.
Una vez definido el target debemos entender cual es la filosofía de la marca, con que valores quiere alinear su storytelling, cual es su visión y su misión. Todo ello debe también estar reflejado en el briefing para que el resultado final esté orientado en la misma dirección que el resto de la comunicación de la marca en otros canales.
Por último, el presupuesto nos marcará el nivel de producción al que podemos aspirar y debemos adaptar la creatividad al mismo de forma realista. Un presupuesto demasiado ajustado para una creatividad muy ambiciosa puede ofrecer resultados decepcionantes, así que si no se dispone de presupuestos holgados este punto debe ser contemplado desde el inicio de la creación del briefing para compensar la falta de recursos con ideas creativas que puedan realizarse de forma resolutiva sin grandes equipos de producción ni múltiples localizaciones. Para todo ello ayuda también compartir con el cliente algunas referencias visuales para que el resultado y las expectativas estén al mismo nivel.